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¿Qué intención pones en tus oraciones? En otras palabras, ¿prestas atención a las palabras que utilizas para orar? Especialmente en las palabras de las oraciones que decimos una y otra vez. Según cómo oremos podemos desviar nuestro subconsciente hacia suposiciones erróneas sobre Dios. Esto afecta nuestra vida de oración, nuestra fe y nuestra conexión personal con Dios. ¡Esto es lo que puedes hacer!
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Resumen del Episodio:
Las oraciones en el Rosario, las oraciones durante la Misa, las de la Iglesia, por ejemplo, están llenas de palabras que, si no estamos conscientes mientras las decimos, pueden, inconscientemente, desviarnos. Sí, desviarnos.
Por ejemplo: “Señor, escucha nuestra oración”. A menudo escuchamos esta oración durante las Oraciones de los Fieles en la Misa. “Señor escucha nuestra oración”. Es como si dijéramos: “Señor, necesito convencerte para que escuches mi oración, necesito que despiertes para decirte: ‘presta atención, estoy rezando. Señor, te estoy pidiendo que escuches nuestras oraciones.'”
No, no necesitamos pedirle que escuche nuestras oraciones porque él, por supuesto, que está escuchándonos todo el tiempo, incluso a veces actúa en situaciones por las que estamos orando, antes de que comencemos a orar.
A veces, él espera que recemos antes de actuar porque quiere que nos unamos a él haciendo lo que sea necesario. Pero estamos diciendo la oración: “Señor, escucha nuestra oración” tan mecánicamente que no hay conexión alguna con Dios.
Para poner intención en tu oración, puedes decir en voz alta: “Señor, escucha nuestra oración”, como en la Misa, pero pensar en tu corazón algo como: “Señor, gracias por escuchar nuestra oración”, porque cuando dejamos de ser mecánicos, ponemos nuestra intención y nos conectamos con Dios más plenamente.
Y, cuando decimos algo como: “Gracias por escuchar nuestra oración”, en lugar de “Señor, escucha nuestra oración”, el mensaje al subconsciente es que Dios, por supuesto, está escuchando y, porque decimos “gracias”, sabemos que a él le importa, sabemos que hará algo.
Por eso presta atención a todas las veces en que eres mecánico al rezar.
Por ejemplo, la oración del Padre Nuestro. Cambia un poco algunas palabras para despertarte y prestar atención, así tu subconsciente sabe qué estás orando. Por ejemplo: “Venga a nosotros tu Reino”, podrías decirlo: “Que se haga tu voluntad, que venga tu Reino a esta tierra tal como está en el Cielo”.
Si rezamos el Padre Nuestro con intención durante nuestra vida de oración diaria, cambiando un poco las palabras para aplicarlas a nuestra propia vida, para ayudar a nuestro espíritu, entonces, cuando lo rezamos mecánicamente en Misa, fácilmente traeremos a nuestra mente lo que realmente queremos decir con esas palabras.
La oración intencional es una verdadera conexión con Dios.
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